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“No es la especie más fuerte ni la más inteligente la que sobrevive, sino la que mejor se adapta al cambio” Charles Darwin
Uno de los mayores retos que las empresas familiares enfrentan en la actualidad, es poder mantener un crecimiento rentable en un contexto de mercados con características variables, etéreas y globales. En este entorno, lo que hasta ayer era una ventaja competitiva para una organización, ante los cambios disruptivos actuales, hoy podría no llegar a serlo. Estos contextos VICA (volátiles, inciertos, complejos y ambiguos) en los que estamos inmersos requieren respuestas y adaptaciones diferentes.
Siguiendo a Hamel, referente obligado en la materia como Profesor de Management e Innovación de la Universidad de Harvard y London Business School, ante la presencia de una etapa difícil tanto de la economía como de la empresa, buscar la solución en recortar gastos y costos es una visión reduccionista que no necesariamente llevará a buen puerto. Para el experto en presencia de un escenario desfavorable la única manera de progresar es innovar de forma radical; explica que en un mundo discontinuo la creación de nueva riqueza solo será posible a través de la innovación.
Entonces nos preguntamos ¿Qué es innovar? Siguiendo a Meléndez, Profesor de la Pontificia Universidad Católica Argentina otro referente importante en la materia, define el término como “crear nuevas formas de valor, anticipando demanda futura, con o sin tecnología”. Para el autor, es la aplicación y ejecución práctica de una creación (establecer por primera vez algo) o invención (descubrir algo desconocido) con cierta metodología sistemática, aprovechando las tecnologías y materiales del momento.
Una pregunta casi obligada a esta altura es cómo podemos definirlo; el innovador es un explorador de oportunidades creativas en el entorno donde está inmerso. No es un genio, ni un iluminado, solo una persona en búsqueda de adaptarse a los cambios, adelantándose así a la demanda futura.
“Innovar, se convierte en una actitud y una decisión”
¿Cómo lo hace?
A través de la observación de cómo los consumidores utilizan los productos y servicios, cuáles son sus necesidades actuales, preocupaciones futuras y cómo las afrontan. Entonces, el innovador identificará cómo poder adaptar la oferta a los nuevos desafíos. Es un implementador de sus ideas que para lograrlo se vincula con las personas que le pueden proporcionar los conocimientos necesarios, capacidad productiva, y demás recursos necesarios para concretarla. Es aquél capaz de transformar ideas en proyectos rentables cuando sale del actual modelo de negocios, para adaptarlo y mejorarlo continuamente, en la manera en que: genera, entrega y captura valor al cliente y por ende a la sociedad. Es una persona que logra vincularse con otros conformando “equipos de trabajo” hermanados desde la confianza y la colaboración con el objetivo de crear valor y vivir en un mundo mejor.
Hay ciertas prácticas que son necesarias sortear para poder innovar:
- Vencer la resistencia al cambio: nuestro cuerpo y cerebro, trabajan de manera homeostática, repitiendo conductas para economizar energía evitando la incertidumbre ante situaciones de riesgo.
- Enfrentar la zona de confort: trabajamos dentro de una determinada franja de comodidad en donde las acciones y sus resultados son conocidos.
- Desafiar la aversión al riesgo en la toma de decisiones: por lo general tendemos a tomarlas en base a experiencias o información pasada, minimizando situaciones difíciles, conflictivas, etcétera.
Imbuyéndonos en las empresas familiares en particular, sabemos que las empresas familiares cuentan con grandes ventajas: compromiso, confiabilidad y orgullo, conocimiento profundo, planeamiento e inversión a largo plazo, cultura estable, bajo costo laboral, flexibilidad en el tiempo, dinero y trabajo, gran atención a la calidad, rapidez en la toma de decisiones. Por lo general nacen como empresas innovadoras con su propio Know how. Sin embargo conocemos también que algunas de sus principales desventajas son: la rigidez, los desafíos comerciales, la toma de riesgo, conflictos emocionales, liderazgo y legitimidad.
A la vez es necesario considerar que las estructuras directivas de este tipo de organizaciones deben planificarse teniendo en cuenta el momento del ciclo de vida que se van a encontrar: etapa de fundador, sociedad de hermanos, consorcio de primos, etcétera. Atendiendo al modelo evolutivo tridimensional de Gersick, el mismo nos revela que a medida que la familia se agranda debe tener la misma correlación en la propiedad como la empresa para poder sostener un equilibrio adecuado.
Hacer crecer la empresa familiar y mantenerla como vigente en el mercado, implica: ampliar las oportunidades de la siguiente generación, orientar a la familia en una misma dirección empresarial y mejorar las posibilidades económicas y financieras. Las estructuras directivas deben estar adaptándose constantemente al cambio del entorno competitivo y disruptivo (mercados, productos, producción, recursos humanos, etcétera) fructificando esta situación para el crecimiento de la compañía. Es así que la innovación pareciera ser el único camino posible para lograr un crecimiento rentable y sostenible, entendiéndola como un proceso de mejora continua incorporada a la organización como una ventaja competitiva , haciéndola parte de la cultura o formas de hacer las cosas de la organización, cualidad de la buena gobernanza y estilo de vida de las personas.
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